Quizá se preguntarán que tiene que ver la sexualidad con la ciudad y arquitectura, pero como lo mencionaba en el articulo anterior al hablar sobre nosotros mismos es necesario entendernos más allá de la individualidad, de saber que somos un número más y que eso al sumarse conforma la sociedad, pero para entender a profundidad desde el ámbito arquitectónico y urbano es considerablemente importante entender la individualidad del ser humano como lo es, un ser sexual.
Y bueno, partiendo de este concepto de "sexualidad", el enfoque no se entiende desde el ámbito de aquello que llamamos género o que a veces se entiende también por sexo. Como seres sexuales nuestra sexualidad es aquello que nos permite ser y, como se podría interpretar, no se refiere únicamente a la sexualidad como relación coital o amorosa, y no se dice relación sexual en relación a lo anterior porque una relación sexual se da entre cualquier ser humano por el simple hecho de ser seres sexuales.
La Real Academia Española (RAE) define a la sexualidad como el "Conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo", esto hace más sencillo el abordaje al tema debido a que la sexualidad se divide en esas dos grandes e increíbles partes, que lo son la parte anatómica o física y la parte fisiológica o mental.
Como seres humanos que existimos, el hecho de ser es el acto de ocupar un espacio y este espacio, recordando el artículo anterior sobre el concepto de arquitectura donde se entiende que la arquitectura es la ciencia que estudia el espacio, y no hablando del espacio en términos de universo y sistema solar si no espacio en relación a llenos y vacíos. Para ello, la acción de ocupar un espacio se lleva a cabo mediante un cuerpo o un objeto físico que cada uno tenemos.
Por ello, entender la sexualidad desde el cuerpo nos lleva a entendernos a nosotros mismos desde un plano exterior y físico, reflejado en nuestras sensaciones. Estas sensaciones que tenemos al tocar un objeto o algo determinado o cuando nos toca a nosotros, son todas esas sensaciones externas con las que interactuamos directamente. Podemos visualizar a este cuerpo como un vehículo que nos permite trasladarnos a donde queramos y sentir mediante el tacto. Por ello debemos de cuidar y proteger este vehículo, disfrutarlo sin dañarlo y utilizarlo para sacarle el mayor provecho a la vida y al espacio que ocupamos.
Por otro lado, al existir como seres humanos poseemos de un alma, ya hablamos del vehículo que es el cuerpo y es el que transporta y protege a nuestra alma, pero esta alma somos nosotros, esta alma es energía y es la que conecta las sensaciones externas que recibe el cuerpo con nuestra mente y el cosmos unificando la existencia en si, esta alma es todo aquello que nos identifica como individuos, como personas, como seres humanos, es toda aquella esencia que tenemos.
Es por esto, que estas características fisiológicas que nos caracterizan debemos de estudiarlas, escucharnos a nosotros mismos y entender todo aquello que queremos y no queremos para poder así disfrutar mejor de este camino que llamamos vida, es por eso que vivir la sexualidad es vivirnos a nosotros mismos, estar con nosotros, presentes en todo momento y conscientes de lo que somos.
Por supuesto que esta parte de vivir la sexualidad conlleva a todo lo que hagamos con nuestro cuerpo y mente, tiene que ver con lo que consumimos aquello que nos gusta o estar atentos y conscientes de consumir aquello que no nos gusta y de igual manera entendernos a nosotros mismos y las necesidades que tenemos (vamos a abordar más a profundidad este tema en otro artículo sobre emociones), como las necesidades afectivas en donde necesitamos amor y amar, las necesidades fisiológicas que además de permitirnos vivir sanamente también cumplen una función de placer lo que seria otro capitulo de sexualidad enfocado a vivir sanamente el placer y proteger nuestro cuerpo y nuestra alma.
Entendiendo así lo que es la sexualidad, es de suma importancia saber interpretarla a la hora de crear arquitectura porque esta es la que va a responder a las necesidades de cada cliente, es la que va a crear el espacio donde se va a desarrollar cada individuo y es aquella que nos acompaña donde quiera que estemos y para crear arquitectura humana y consciente tenemos que saber primero que es lo que queremos, que nos gusta y tener claro como queremos ocupar el espacio y así trabajar de forma colaborativa y eficaz con la arquitectura.
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