Debido al caso actual que acontece en el mundo, principalmente en China pero que nos incumbe a todos, llamado Coronavirus que hasta el momento ha tomado la vida de cientos de personas en tan poco tiempo e infectado muchísimas más, me resulta de vital importancia opinar sobre este tema tan grande que abarca la salud y como se relaciona a nuestras ciudades y a la arquitectura.
Para empezar, sabemos que China creó un hospital en tan solo 10 días para combatir esta enfermedad, así que el nivel de importancia que se toma es abismal para concretar tal proyecto. En todos estos casos el espacio resulta un actor fundamental para tratar las enfermedades así como para propagar las mismas, se tiene entendido que esta enfermedad se generó en un mercado donde se combinaba y mezclaba la gastronomía con las ventas ambulantes y comerciantes de todo tipo así como la congregación de muchas personas, animales, plantas y cosas en un espacio determinado de manera densa.
Pues bien, el espacio y la construcción del mismo se ve identificado por un problema que conlleva a su creación y el impacto que este genere para contrarrestar este dicho problema, es de carácter clave para el desarrollo y evolución humana. No hace falta dirigir dichos esfuerzos a la arquitectura como "sanadora", porque tiene mucho que ver la tecnología empleada y el personal destinado a trabajar en dichos problemas, pero así mismo la tecnología se emplea en la construcción y es un personal calificado el que la lleva a cabo su gestión y ejecución.
Pero así como es un actor fundamental en la resolución de conflictos, es un actor fundamental en la generación de los mismo, por ejemplo, a diferencia de un especialista de la medicina, tomando una posición general y éticamente "correcta", las personas que se desarrollan en este campo se dedican a mejorar, sanar, resolver y no lo contrario. Si fuera el caso contrario, no creo que se permitiera su realización. En el campo de la construcción se da de manera breve, pero solo si es algo drástico, que sucede muy poco como un edificio que se cae o que está en malas condiciones poniendo en riesgo la vida de sus habitantes. En cambio con la medicina y la salud exigimos calidad porque es nuestra vida, es nuestra salud y queremos lo mejor para nosotros y nuestra familia, pero no analizamos ni nos damos cuenta de que en la arquitectura esto sucede igual.
En cualquier ámbito de la salud, la arquitectura nos afecta directamente, por ejemplo con la salud física el simple hecho de la ergonomía de los espacios pueden generarnos problemas óseos al estar mal sentados al realizar nuestras actividades cotidianas de manera incómoda, problemas en las articulaciones al caminar distancias innecesarias, que la contrahuella de la escalera esté más alta de lo normal así como el impacto que tienen para las personas de diferente estatura, etc. Por ello es de suma importancia considerar para quien se diseña la obra ya que la salud también se pone en juego. En el caso urbano el construir aceras caminables, amplias, con sombra, crear espacios que nos motiven a vivirlos y sentirlos y no huir de ellos por estar en pesimo estado, o que tan siquiera existan y poner en riesgo nuestra integridad física, etc.
En caso de la salud mental, tema que se ha puesto mucho de moda (enhorabuena!), se ve afectada en su mayoría por las sensaciones y emociones que experimentamos a lo largo de nuestra vida, y al ser estas intangibles, no las podemos contabilizar de manera cuantitativa, omitiendo así en la mayoría de procesos. Ahí es donde la arquitectura tiene el rol esencial de generar la habitabilidad de los espacios y que lo cualitativo tome más valor que lo cuantitativo, ya que son esas sensaciones las que nos dan vida. Por ejemplo la vivienda es donde nos desarrollamos y vivimos la mayor parte de nuestra vida, donde pasamos más tiempo y como se le exige al doctor calidad se le debe de exigir al arquitecto igual. Crear espacios con buena iluminación, ventilación, que generen confort y seguridad y respondan a las cualidades del usuario así como urbanísticamente crear ciudades seguras, inclusivas, que sean abiertas, accesibles y llenas de naturaleza, que como lo decía en la publicación de naturaleza, es a ella donde queremos ir, sin pensar o considerar que más bien debemos de traerlas a nosotros para sanar el alma y nuestro cuerpo y todo lo que implica vivir en armonía para la buena salud mental.
Por último, pensemos en la salud desde su ámbito moral y espacial, hoy en día vivimos en ciudades tóxicas, con ríos contaminados, contaminación sónica producto de vehículos y construcciones, contaminación del aire por humo de industrias y vehículos automotrices, residuos de todo tipo de cantidades inmanejables, malos olores, indigencia, construcciones abandonadas, etc. Se podría hacer un articulo diferente sobre cada elemento mencionado anteriormente, sobre el impacto de estas dinámicas en nuestro diario vivir y en nuestras ciudades, por ejemplo Chernobyl. Hay mucho material que analizar pero más allá de ello quiero que nos demos cuenta de la importancia de nuestras ciudades y de generar arquitectura de alta calidad, estamos viviendo en nuestros propios basureros y los que crean lo contrario, el basurero se lo están tirando a otras personas, a otros seres vivos, contaminando su hábitat. Pensemos solamente en esto, imaginemos al planeta tierra como un cuerpo, como TU cuerpo, si tienes una mano saludable pero la otra no ¿que harias? tu mano izquierda (saludable) le da igual porque no es problema de ella y la derecha (enferma) muere poco a poco porque tiene que solucionar ella sola "sus" problemas, pero al no poder, esta contamina todo el cuerpo hasta asesinarlo; eso pasa en el mundo actualmente, no veamos fronteras que son inventos humanos ni nos dividamos en clases sociales, no somos diferentes, somos animales que conforman un mismo sistema en el que todos dependemos de todos.
La contaminación nos está matando y somos nosotros mismos los que la creamos, las bacterias que matan humanos nacen gracias a esto, los problemas respiratorios son producto de contaminación del aire, lo que comemos tiene más químicos de lo que nuestro cuerpo natural necesita y con ello contaminamos la tierra fértil y el agua que ayuda a cosecharlas, comprometemos nuestra existencia cada vez que te das "un gustico". Esto me compete a mi, te compete a ti y nos compete a todos, nosotros consumimos lo que venden y no podemos culpar a las empresas de ser las contaminantes, nos hemos vuelto dependientes de sus productos, nos hemos programado para necesitarlos pero eso puede cambiar. Somos seres naturales y espirituales y no necesitamos mas de la tierra para vivir, por eso no hay que destruirla. Tomemos parte del cambio como individuos, y valoricemos a la Ciudad y Arquitectura como generadoras y sanadoras de nuestros problemas, el mundo no nos está matando, nosotros lo estamos matando y con ello asesinandonos.
Para terminar, insisto en que nuestras ciudades son el reflejo de nuestros ciudadanos y si queremos vidas felices y saludables necesitamos ciudades felices y saludables, no se puede una sin la otra pero como buena noticia, generando el cambio en uno mismo traerá el cambio en los demás y esto es una acción en cadena que ayuda a quien le cueste más trabajo lo interno. El vivir en un lugar saludable te hará más fácil el proceso, si nos hacemos los ciegos con nosotros mismos nos hacemos los ciegos con los demás y con lo que pasa en el exterior, primero hay que aprender a mirar hacia adentro para poder ver hacia afuera y como reflejo de nosotros mismos ¿qué clase de personas somos por dentro cuando nuestras ciudades están podridas?. Eso que nos llega a la mente lo tenemos todos nosotros por dentro, así de contaminada está la sociedad por dentro para tener ciudades como las que tenemos. Se piensa comúnmente que el espacio público es de todos y que no es de nadie, pero quién cuida lo que no es suyo, cuida de sí mismo.
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